dimarts, 16 de juny del 2009

Treviso descubre a Pablo Aguilar



En unos años será el sustituto natural de Jorge Garbajosa en la selección. Ahora, Pablo Aguilar ya es un pedazo de jugador y en el Reebok Eurocamp de Treviso lo demostró.

Como jugador, Pete Philo fue un discreto trotamundos que acumuló experiencias en países como Dinamarca, Polonia o Croacia. Desde que en el año 2003 pasó a trabajar como scout de la NBA, en cambio, su trabajo es muy respetado en todo el mundo. Su habilidad para oler el talento a distancia le hizo insistir para convencer a Pablo Aguilar de acudir al Reebok Eurocamp que dirige en Treviso. Ahora ya sabe que no se equivocó.

Jonathan Givony, presidente de Draft Express y columnista habitual en la web de la NBA, sitúa a Pablo Aguilar en el segundo mejor quinteto del evento, sólo superado por Pat Mills, Nando de Colo, Jonas Jerebko, Vladimir Dasic y Slava Kravtsov. Lo mejor no fueron sus números (10,0 puntos y 3,8 rebotes de media en cinco encuentros), sino la sensación de entender mucho mejor el juego que todos los pipiolos de 17 a 21 años que le acompañaban. “Ahora incluso me han pedido hasta que vuelva el año que viene”, dice Aguilar orgulloso.

Lo más espectacular del ala-pívot se vio el primer día, cuando brilló tanto en el ‘Drill work’ como en los dos partidos que disputó. Incluso se permitió el lujo de ponerle un tapón al gigante de 2,22 Boban Marjanovic. En la grada, Julián Aranda (director general del CB Granada) y Trifón Poch (entrenador) asistían orgullosos a sus hazañas. “Lo más espectacular que tiene es la embergadura de brazos. En la Liga ACB esta temporada ha puesto algunos tapones inverosímiles a jugadores como Marcus Haislip. Además, está mucho más maduro que la mayoría de los chavales que están aquí”, dice Aranda.

Las pruebas físicas a las que los organizadores someten a los jugadores sirvieron para cuantificar este tipo de percepciones con datos. Los scouts norteamericanos le dan mucha importancia a un dato que conocen como ‘reach’ y que tiene que ver con el alcance del salto. Aguilar logró 276 centímetros, una cifra sólo suprada por pivots mucho más altos.

“¿Salir en el draft? Ni lo pienso, sólo me preocupaba hacerlo bien en Treviso para dejar una buena imagen. La experiencia ha sido muy buena. Venía un poco asustado porque me habían dicho que el nivel era muy alto, pero creo que me han salido bien las cosas y que he aprendido mucho”, opina Aguilar.

Los 60 scouts de equipos NBA que se sitúan en los fondos de la pista son conscientes del terrible esfuerzo que los chavales realizan en apenas tres días: pruebas físicas, cinco partidos y otros tantos entrenamientos. Según el ala-pívot del CB Granada, “al final acabas muy cansado. En mi caso no me notaba ni las piernas, pero creo que a todos les pasa lo mismo”.

Eso sí, tras escuchar los consejos de Svetislav Pesic (“el día tiene 24 horas: 8 para descansar, 8 para hacer lo que uno quiera y otras 8 para jugar a baloncesto”) nadie osó quejarse.

“Jugué de cuatro, de cinco y hasta de tres, que es algo que no había hecho en mi vida. Supongo que es porque necesitan ver todas las posibilidades de cada jugador”, dice el joven del CB Granada.

Aguilar compartió equipo en Treviso con Nikos Pappas. El base del Bilbao Basket disputó muchos más minutos de los previstos por la lesión del explosivo Rodrigue Beaubois. Poco egoista en el juego, el griego demostró su progresión ante la mirada de Rafa Pueyo e Iñaki Bayo, los ayudantes de Txus Vidorreta en la Liga ACB.

Henk Norel (DKV Joventut) fue otro de los destacados en Treviso con 8,5 puntos y 5,2 rebotes de media. Velocidad para correr de una línea de fondo a otra antes que los rivales y lucha fueron las virtudes más elogiadas en la Ghirada. En su caso, como en el de Jayson Granger (MMT Estudiantes), se notó los kilómetros recorridos en la ACB ante jugadores mucho más experimentados que los del Reebok Eurocamp.

Más desapercibidos pasaron los dos jugadores del Pamesa Valencia; Tornike Shengelia y Bozhidar Avramov. El alero era el segundo jugador más joven del evento y el base sufrió para competir con jugadores mucho más físicos. Eso sí, ambos aportaron pinceladas de talento ante un público muy selectivo.

De los siete jóvenes procedentes de España, la sorpresa fue Carl Ona Embo. El base francés, que esta temporada apenas sí pudo disputar 9 partidos con el Beirasar Rosalía, se mostró certero en el lanzamiento de tres y desequilibrante en el uno contra uno. No estará en el draft de este año (retiró su candidatura el miércoles), pero puede encontrar un equipo interesante en Europa.

Los scouts de la NBA, eso sí, se quedaron sin ver jugar en el RBK Eurocamp a Nenad Miljenovic. El jugador de apenas 16 años viajó a Treviso para disputar dos partidos de exhibición con el FMP serbio (campeón de la Euroliga Júnior), pero no saltó a la pista por culpa de una lesión menor. “¿Por qué no juega el chico de orejas grandes que tan bien lo hizo en Berlín?”, preguntaban todos los ojeadores.

No importa, él y un puñado de elegidos ocupan ya un lugar preferente en las mentes de los scouts NBA. Ahora sólo deben seguir trabajando duro para confirmar su progresión y, de paso, leerse el best seller de Treviso: “Money players”. Al menos, su autor, Marc Isenberg, así lo recomendó con efusividad,

Artículo publicado en Gigantes del Basket el 16 de junio del 2009.