dimecres, 11 de març del 2009

El último santuario del tiro libre


José Manuel Calderón ha hecho historia con su racha tiros libres en la NBA. Hace unos días superó el registro de Mark Price, que llegó a acumular 77 aciertos consecutivos. Àlex Gozalbo ha viajado a Atlanta para conocer, precisamente, el laboratorio del tiro de la ex estrella de los Cavs. Un santuario ahora profanado.

En Suwanee (Georgia, EEUU) se esconden algunos de los secretos que lanzaron a Mark Price a la fama por su puntería. El mítico ex base de los Cavs ha creado allí la ‘Mark Price Basketball Academy’, un santuario al que no dejan de acudir peregrinos necesitados de un milagro. Años después de completar su formación, buscan modificar pequeños detalles en su mecánica para ser más eficaces en el lanzamiento, sobre todo en el tiro libre.

Para un extranjero, encontrar entre las autopistas que rodean Atlanta la ‘Suwanee Sports Academy’, donde se ubica el laboratorio, no es sencillo. Buscar la salida 111 de la autopista I-85 es relativamente sencillo, pero orientarse por el Satellite Bulevard, la McGinnis Ferry Road y, sobre todo, la Burnette Road es algo más complicado. Nosotros utilizamos como guía a Dan Searl. El periodista, que nos acerca semana a semana el mundo de la NCAA a través de las páginas de Gigantes del Basket, se conoce bien el camino, pues antes de hacerse cargo del prestigioso banquillo de Westminster trabajó para la academia.

Una vez allí nos recibe Bruce Kreutzer, la mano derecha de Mark Price. De buenas a primeras el entrenador nos ofrece participar en una “Shooting session” de 25 tiros para conocer mejor la dinámica de trabajo. Tras los lanzamientos, todos ellos grabados desde cámaras ubicadas en todas las posiciones imaginables, el ordenador extrae sus propias conclusiones. Tienen que ver con el ángulo de tiro, la distancia o la consistencia (1).

Las enseñanzas habituales que se imparten en la ‘Mark Price Basketball Academy’ se estructuran en seis fases: tiro estático, tiro tras bote, tiro en transición, tiro saliendo de un bloqueo, tiro en situaciones reales de juego y tiro personalizado a las características de cada jugador. Para saltar de una estación a otra hay que dominar la anterior. Eso sí, en todas ellas resulta vital la colocación de los hombros.

En el santuario del tiro libre se venera hasta límites insospechados cualquier detalle imperceptible para el tirador medio. Una mínima modificación en la posición puede servir, una vez asimilada, para mejorar los porcentajes de acierto. Conviene no pasar por alto ninguna enseñanza.

Las tecnologías utilizadas para analizar los lanzamientos son el ‘NOAH Shooting System’ y la ‘Dartfish Computer Technology’. El NOAH incorpora un radar que sigue la trayectoria de la pelota mientras que la Dartfish procesa las imágenes capturadas desde dos videocámaras. Una sigue los movimientos del tirador y la otra, la trayectoria de la pelota desde detrás del tablero. Es de gran utilidad ya que permite que los alumnos visualicen sus propios gestos técnicos.

“El NOAH es un radar que mide el arco y nos permite seguir el tiro con exactitud desde que se produce“, explica Bruce Kreutzer. La ‘Mark Price Basketball Academy’ empezó a utilizar esta tecnología, cuyo precio en el mercado supera los 5.500 dólares, en el año 2006, justo cuando abrió sus puertas.

El ‘Mark Price Shooting Lab’, que recrea media pista de baloncesto, está envuelto de espejos. En tres de sus paredes hay, además, pancartas rojas que recuerdan los consejos que cualquier alumno escuchará una y otra vez durante las sesiones. Los cinco “Price Points” para los tiros libres son algo así como la biblia de cada lanzamiento. Jugadores que ahora triunfan en la Liga ACB como Juan Carlos Navarro (Regal FC Barcelona) o Ricky Rubio (DKV Joventut) han trabajado ya con Mark Price. No son casos aislados. Josh Children (Olympiacos) es otro de los que bendice el producto: “Las clases de tiro que recibí allí causaron un gran impacto en mi juego. Me ayudaron a traspasar mis habilidades a otro nivel”.

¿Cuántas lecciones son necesarias? “Con siete entrenamientos de entre 45 y 60 minutos la mejoría ya es perceptible”, opina Bruce Kreutzer, que propone concentrar las sesiones de trabajo en apenas cuatro días. “Cada sesión está adaptada a las características individuales del jugador, aunque hay aspectos fijos para todos”, dice el técnico, que profesa gran devoción por la colocación de los pies. “Se trata de volver a poner el acento en los fundamentos del pasado”, añade Mark Price.

¿El precio? Lo más barato que se puede encontrar es un pack de cinco sesiones por 2.500 dólares. En una primera sesión se evalúa el tiro del alumno con un análisis en vídeo de sus lanzamientos, unas gráficas del arco que acostumbra a seguir la pelota, una evaluación individual y la creación de un plan de mejora. En las tres sesiones siguientes se trabaja, nunca con más de dos alumnos a la vez, para mejorar la técnica del gesto. Para finalizar, ya en la quinta sesión, se hace un seguimiento final de la evolución del tirador. La edad mínima para apuntarse a las clases son los diez años.

Aquellos que no dispongan de tanto dinero o de la disponibilidad de viajar hasta Estados Unidos siempre pueden apostar por pagar 15 dólares y descargarse el ‘Mark Price Workout Series’, un video que se puede visualizar en el iPod en el que están resumidas las principales enseñanzas del mítico ex jugador.

Entre los clientes de las clases presenciales hay desde jugadores universitarios que buscan escalar posiciones en el draft afinando sus porcentajes de tiro hasta estrellas consagradas de la NBA que necesitan mantener sus números pese al declive físico. Tanto chicos como chicas. “He tenido la oportunidad de entrenarme en el ‘Mark Price Shooting Lab’, que es muy conveniente. El sistema te muestra la consistencia de su tiro y eso ha sido muy provechoso en la mejora de mi tiro", explica Christy Thomas, pívot con cinco años de experiencia en Los Angeles Sparks (WNBA).

“Desde que me retiré en el año 1998 me he dedicado a intentar ayudar a otros profesionales que quieren mejorar sus habilidades, especialmente aquellas que tienen que ver con el tiro”, explica Mark Price.

Según el ex base de los Cavs, cada jugador profesional debería hacer unos 30.000 tiros por verano. “Ésa es la diferencia entre un aceptable tirador y un gran tirador”, opina. Eso sí, “muchos jugadores se autolimitan como tiradores practicando en la dirección equivocada”. La advertencia es clara: no sólo se trata de realizar repeticiones, sino de hacerlo con la dinámica correcta.

¿Cómo hacer tantas repeticiones? El ‘Mark Price Shooting Lab’ utiliza ‘The Gun’, un moderno aparato que se encarga de cogerte los rebotes y pasarte la pelota a tal velocidad que puedes realizar unos 1.000 tiros en menos de 45 minutos. Su precio en el mercado es de 4.550 dólares.

(1) Para los curiosos. Anoté 15 de los 25 tiros libres (60%) utilizando un ángulo mínimo de 41º y uno máximo de 52º. En una escala compuesta por cinco niveles, el ordenador me sitúa en el tercero, aunque muy cerca de dar el paso al cuarto.

Artículo publicado en ACB.com el 11 de marzo. Consulta aquí el artículo en su contexto original.