divendres, 17 d’abril del 2009
Una de cal y otra de arena
La mayoría de los niños tienen dificultades para descifrar la expresión “una de cal y otra de arena”. Cuando, por fin, entienden su significado se pasan unos años antes de averiguar cuál de los dos compuestos es el bueno. El otro día tuve que recurrir al ‘Diccionario de dichos y frases hechas’ de Alberto Buitrago para salir del apuro y dar una explicación más o menos convincente. “Antiguamente, cuando no existía el cemento, los ladrillos o piedras se fijaban con mortero, un compuesto que se hacía con una palada de cal -el material caro y más noble- y otra de arena, lo más abundante y menos importante”, dije leyendo la entrada.
El caso es que es una expresión muy utilizada en el mundo del deporte que hoy, un día más tarde de cuando acostumbra a publicarse esta columna, me sirve para referirme a Sogecable, la empresa que tenía los derechos del partido del miércoles.
La cal llega de la mano de la posibilidad de escuchar la programación en versión original, un invento que hasta ahora sólo utilizaba para ver las películas o las series de producción extranjera. Desde hace unos meses descubrí la opción de seguir también el deporte con la voz de los locutores autóctonos. La NBA, con los comentarios de Mark Jackson y Jeff Van Gundy fue mi primer paso. Un lujo, vamos. Ahora también me he aficionado a seguir los partidos de la Liga de Campeones que cuentan con un equipo inglés con esa opción de audio.
No es que Carlos Martínez y Michael Robinson desentonen (a mí me parecen de lo poco interesante que escuchar) sino que la locución inglesa te permite ver el fútbol con otros prejuicios. No hay crítica arbitral y el juego vertical se elogia mucho más que el control de la pelota, por ejemplo.
Pero también hay arena en la plataforma de pago. Según leo en el reportaje de Adrián Casabó sobre la presencia de 1.500 seguidores del Villarreal CF en Londres, “el operador (…) desautorizó la difusión del partido en una pantalla gigante en el corazón de la ciudad”, concretamente en la Plaça Major. Una lástima, pues incluso las derrotas como la del Fly Emirates Estadium merecen la pena ser vistas en compañía.
Artículo publicado en Levante de Castelló el 16 de abril del 2009.
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