dijous, 21 de maig del 2009

Ganarse la vida con apuestas


Supongo que cuando Nacho Cardenal empezó a hacer apuestas deportivas por internet no podía imaginar que algún día se ganaría la vida con ello y, menos todavía, que escribiría un libro. Suelo consultar su página web personal a menudo, intuyo que invadido por un una sana envidia. Para mí, que nunca paso de diez en la quiniela, ése debe ser, sin duda, el mejor trabajo del mundo, superior incluso a ése que acaba de conseguir Ben Southall, un británico que deberá cuidar durante seis meses y una paradisíaca isla de Australia por una módica cantidad de 100.000 dólares.

Curioseo entre sus análisis, días antes del trascendental partido de este sábado ante el Valencia CF, donde el Villarreal CF apura sus opciones de Liga de Campeones y, a la vez, se juega la corona de gallito autonómico, que no es poco.

“Hay dos formas de apostar: la una es hacerlo mal y la otra es hacerlo bien. La primera consiste en intentar adivinar el resultado; la segunda consiste en buscar qué resultados están bien pagados. Predecir el futuro no está al alcance de nadie, pero valorar las posibilidades de que algo suceda sí”, escribe Cardenal antes de plantear sus complejas fórmulas matemáticas para encontrar apuestas rentables.

Las cuotas de su casa de apuestas favorita, la que fundaron hace nueve años Andrew Black y Edward Wray, favorecen al Villarreal CF (2,32), aunque las opciones de una victoria del Valencia CF (3,10) y un empate (3,75) no pueden descartarse. Eso sí, los más de 1.100 empleados que supervisan las apuestas todavía no han tenido en cuenta la última gran noticia que afecta al derbi; la designación de Fermín como juez de línea. En Valencia, donde acostumbran a ponerse la tirita antes de hacerse la herida, consideran su presencia como desequilibrante, así que bien harían los futbolistas del Villarreal CF en suministrarle balones sin descanso.

Fernando Roig espera “que la gente venga a animar al Villarreal y sea consciente de lo que se ha hecho hasta ahora”. La duda ofende. El ejemplo se pudo ver el sábado, observando el comportamiento de algunos socios del equipo amarillo que también tienen un espacio culé en su corazoncito. Animaron con banderas del Villarreal CF durante los 90 minutos y (se pudo ver en televisión) sólo sacaron las insignias del FC Barcelona una vez concluido el encuentro.

Artículo publicado en Levante de Castelló el 21 de mayo del 2009.