dijous, 28 d’octubre del 2010
Adiós
Tengo, como en los chistes, una mala y una buena noticia que contar. Ésta es mi última aparición en este rincón de los jueves, que a partir de ahora será ocupado por Roger Lorgeoux, el jefe de Deportes de Levante de Castelló. No conozco sitio mejor en muchos kilómetros a la redonda para hacer periodismo que éste, pero me marcho a vivir fuera y no tendría sentido seguir con La Claca.
Dejo, al menos por los números en las ocho primeras jornadas, al mejor Villarreal CF de la historia, al único equipo capaz de seguir el ritmo impuesto por Real Madrid y FC Barcelona sin perder el aliento. Intuyo que esto no será así todo el año y que, más pronto que tarde, el equipo cederá puntos en la clasificación, pues a los otros les sobran futbolistas y el submarino los tiene contados. No invento nada, pues ese argumento conservador lo ha repetido una y mil veces el presidente, Fernando Roig, quien califica la posición actual de anecdótica.
En cambio, estoy seguro de que el conjunto que ha preparado Juan Carlos Garrido dará muchas alegrías a todos aquellos que, todavía hoy, le discuten su estilo pragmático de llevar los partidos. A diferencia de lo que le gustaría a Johan Cruyff, que como demostró hace unos días en Borriol, pasa más horas viendo golf que fútbol, los tres puntos se continúan dando a quien más goles consigue y no a quien más pases consecutivos da. Algunos han confundido el camino con el destino, el medio con el fin.
Una cosa es que el Bernábeu silbe cuando se aburra o el Camp Nou murmulle cuando hay una cesión al portero, pero otra muy diferente es acudir a El Madrigal pensando que cada vez que el Villarreal CF tenga el balón hay que generar una ocasión de gol. A veces, lo mejor es especular ya sea para mantener un resultado favorable o para sacar al rival de su trinchera. Ocurre en las mejores familias y nadie se avergüenza de ello.
Anoche me senté con bolígrafo y papel delante del televisor para ver el partido que se disputó en el estadio Santo Domingo. Anoté muchas cosas, pero ya no tienen importancia. Al menos por ahora, en un futuro amenazo con volver a mi casa, que es este periódico.
Artículo publicado en Levante de Castelló el 28 de octubre del 2010.
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