dijous, 10 de desembre del 2009

La leche y las galletas


Cuando el viajero llega uno de estos días al Aeropuerto de Copenhague, conocido como Kastrup, se encuentra con dos puertas. Una es de color verde e invita a pasar por ella a aquellos ciudadanos normales que desean colaborar con el medio ambiente. La otra, de color rojo es para los incívicos que prefieren seguir contaminando y quieren acabar con el mundo. La elección parece sencilla.

Muchas veces, en cambio, cuesta más decidirse por un camino. Es el caso de una crisis en un equipo de fútbol. En las últimas semanas hemos visto como el Atlético de Madrid y el Villarreal CF resolvían de manera opuesta sus malos resultados. En una casa, se optó por destituir al entrenador y fichar a Quique Sánchez Flores. En la otra, se dio continuidad y confianza al proyecto de Ernesto Valverde.

Los resultados, tal y como reconocía Godín el martes ante las cámaras de Canal 9, le han dado la razón al Villarreal CF. El equipo ha logrado clasificarse para la siguiente ronda de la competición europea que estaba disputando, algo que no puede decir el Atlético de Madrid. Además, el conjunto amarillo ha enderezado su trayectoria en la Liga BBVA, sobre todo en El Madrigal.

Los elogios por esta manera de actuar han inundado los oídos de los dirigentes del Villarreal CF y es justo reconocer su mérito. La estabilidad en la que vive el equipo hay que apuntarla a su haber. Al menos en la mayor parte… porque también hay otros factores que influyen y que muchos pretenden ignorar. Vila-real no es Madrid y la plantilla no vive el asedio de medios de comunicación críticos. Aquí la prensa recibe un vaso de leche caliente y galletas y, a cambio, acepta quedarse amuermada en el sofá, incluso bajo una manta de cuadros.

Eso también ayuda a la hora de mantener la calma. Eso y una afición poco crispada que se conforma con lo que tiene. En los malos momentos hay que agudizar el oído para percibir algunos tímidos silbidos, nada más. Ni los resultados en contra ni las facturas por justificar movilizan a la gente, a diferencia de lo que ocurre en el Vicente Calderón, donde este domingo se juega un partido entre dos clubes diferentes… con medios de comunicación y aficiones que tampoco se parecen en nada.

Artículo publicado en Levante de Castelló el 10 de diciembre del 2009.